martes, 18 de diciembre de 2012

El sueño de la desmaterialización

Este chascarrillo ya lo he utilizado en alguna otra parte de este blog: el único gremio intelectual en el que aún podemos encontrar personas que niegan la esfericidad de la Tierra es el de los economistas. Y es que una Tierra esférica es necesariamente limitada, y la idea de una Tierra limitada no se acomoda bien en la mente de muchos economistas. Luis Garicano podría ser uno de ellos a juzgar por un reciente artículo suyo en el blog Nada es Gratis, del que reproduzco algunas frases:

"NO creo que nos enfrentemos, ni en 10, ni en 50 ni en 100 años a un problema de recursos físicos limitados"

"No hay ningún problema de escasez a nivel global- y cuando se produzca una escasez en un recurso, subirá gradualmente el precio de la materia prima correspondiente y empezarán a (1) generarse sustitutos y a (2) usar menos de esa materia prima por incrementos de eficiencia y (3) a encontrarse nuevas y no “accesibles”, al precio anterior, fuentes de materia prima"

"Nos enfrentamos [...] a un problema demográfico enorme, pero este no por ser demasiados los que nacemos, sino por ser demasiado pocos"

Por lo general tengo tendencia a asociar este tipo de afirmaciones con actitudes intelectuales marcadas por el candor o por la frivolidad. Pero el caso es que Luis Garicano no es un economista cualquiera. Baste decir que, según su CV publicado en internet, es doctor en ciencias económicas por la University of Chicago, ejerce como profesor titular en la London School of Economics y es autor de numerosos trabajos publicados en medios especializados. Sírvanme estos datos como acicate para refrenar mi tendencia imprudente y, en cambio, dedicar un poco de tiempo y de esfuerzo a reflexionar sobre sus opiniones. 

Para ser justo diré que el planteamiento de los economistas "terraplanícolas" es un poco más sofisticado que el que se desprende del chascarrillo con el que he abierto este artículo. No es tanto la idea de una Tierra limitada como la idea de una Tierra limitante la que muchos economistas se resisten a incorporar a sus esquemas mentales. Podrán aceptar que muchos recursos son limitados, aunque perciban los límites mucho más alejados y sorteables de lo que a algunos nos parece razonable, pero aun así, sostendrán que la economía puede crecer indefinidamente (y exponencialmente) a pesar de esos límites. 

El mecanismo por el cual la economía es capaz de crecer (es decir, de crear más y más bienes y servicios) sin necesidad de consumir más recursos materiales es lo que se conoce como "desmaterialización" de la economía. Y esta posibilidad existe porque, como nos recuerda Garicano en el artículo citado "nuestro consumo cada vez requiere menos recursos". ¿Es esto verdad?. Puede ser, y el artículo de Garicano lo ilustra con varios ejemplos y un enlace a una página significactivamente titulada The Weightless Economy (pero extrañamente no actualizada desde hace siete años). Esta "economía sin peso" incluye, por ejemplo, los productos y servicios que han aparecido gracias a las nuevas tecnologías de la información, productos y servicios que consisten, literalmente, en "1's y 0's [...] inmateriales, que no pesan y sólo consumen la electricidad que cuesta cargar los aparatos". Es fácil dejarse seducir por los encantos de esta economía sin peso. Garicano la hace más sugestiva proponiendo una comparación muy adecuada para estas fechas: cuánto pesan hoy en día nuestros regalos de navidad y cuánto pesaban hace 10 años. 

Acepto el reto. Pero en vez de 10 años me remontaré cerca de 40, para recuperar la memoria del Scalextric que me trajeron los reyes allá por la época de Cuéntame. Algo parecido a esto: 



Esta navidad, en cambio, los reyes podrían traerme, por ejemplo, un tablet. Es decir, uno de esos dispositivos elegantes, livianos y casi mágicos con el que podría aprovechar enormes cantidades de 1's y 0's inmateriales, convenientemente ordenados para formar música, documentos, juegos, películas, etc. Veo en los catálogos de internet que un tablet pesa normalmente entre 300 y 600 gramos, a lo que habría que sumar el peso del cargador y tal vez el de algún que otro accesorio. Y aunque no sé cuánto pesaba la caja de mi Scalextric, concedo que muy bien podría ser 10 veces más. Así que tendré que dar la razón a Luis Garicano y hacerme terraplanícola de una vez por todas... Pero, un momento, no nos precipitemos, vamos a pensar esto con un poco de calma, porque se me ocurren unas cuantas preguntas:
  • ¿Cuánto durará el tablet? Porque mi Scalextric, con pequeñas ampliaciones y sustituciones, duró una pila de años. Los juguetes de la época de Cuéntame mantenían plena su vigencia año tras año y sólo la perdían cuando el niño se hacía demasiado mayor, momento en el cual el juguete podía pasar a un hermano pequeño o a un niño de otra familia. Los cachivaches de hoy en día se quedan obsoletos en menos de dos años, sólo porque aparecen nuevas versiones supuestamente mucho más atractivas. Intenta pasarle al hermano pequeño el dispositivo que estuvo de moda las navidades pasadas, a ver con qué cara te mira. Y entonces ¿qué consumo pesa más, el de un objeto de 5 kg que dura diez años, o el de un objeto de 500 g que dura un año?
  • ¿De qué materiales está hecho el tablet? Porque mi Scalextric era básicamente plástico, algo de cobre y otros metales corrientes y poco más. Los dispositivos electrónicos actuales llevan, además de plástico, una variedad de materiales mucho más sofisticados, de esos que para su composición recurren a los lugares menos frecuentados de la tabla periódica. Las materias primas son, muchas veces, raras y por tanto obtenerlas y procesarlas lleva más trabajo. ¿Cuánta tierra hay que mover para sacar 1 kg de coltán?. Mover tierra es una de las cosas más materiales que se me ocurren dentro de la actividad económica. Y no querría entrar aquí en el escabroso asunto de las calamidades del coltán.
  • ¿De dónde viene el tablet? Pues de China, de dónde va a ser. Primero los materiales viajarán a China desde varias partes del mundo y de allí, una vez ensamblados, viajarán hasta mi casa. Mi Scalextric también vino de Oriente: me lo trajeron Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente. Pero seguro que no hizo tantos kilómetros. Los Scalextric que se comercializaban en España los fabricaba Exin en su fábrica de Barcelona. 
  • ¿De dónde salen los 1's y 0's que alimentarán el tablet? Pues de la "nube", claro. Y dicho así -la nube- la sensación de levedad se acentúa. Pero la nube no es inmaterial: se soporta en un conjunto enorme de servidores diseminados por todo el mundo, conectados por cables de fibra óptica o por satélites o por otros sistemas, todos ellos muy materiales (¿cuánta energía cuesta poner un satélite en órbita?). Estamos hablando de hardware, y la palabra ya no evoca tanta liviandad.  Es cierto que la carga material de todo este hardware se reparte entre los muchos usuarios que somos. Pero también es cierto que como el tráfico de 1's y 0's es cada vez más intenso (se trata de crecer, por si no lo había dicho aún), los componentes de este sistema se quedan pequeños cada dos por tres. Y en este tipo de cosas pequeño muchas veces es sinónimo de obsoleto: ampliar no vale, hay que sustituir. 
  • ¿Cuánta electricidad hace falta para que yo pueda disfrutar del tablet? Pues la necesaria para cargar la batería, ya nos lo ha dicho el señor Garicano. Pero ¿y la nube? Pues es verdad, todos esos servidores, repetidores, etc. también consumen electricidad, y en cantidades que no creo que sean despreciables. Mi Scalextric consumía la electricidad que necesitaba el transformador-rectificador para alimentar los 12V y 1,5A de corriente continua que hacían correr a los coches por la pista, pero nada más.
  • Y una cosa más, ¿qué pasa con todas esos dispositivos y componentes que se quedan obsoletos? Pues que se convierten en basura informática, toneladas y toneladas de basura que no conviene depositar de cualquier manera porque contiene materiales sofisticados, de esos que muchas veces también son contaminantes. No depositarla de cualquier manera significa emplear recursos en procesarla adecuadamente o bien, emplear menos recursos en llevarla a donde sí podemos depositarlos de cualquier manera sin que nos incomode. Hay muchos lugares de África que cumplen este requisito y donde, de paso, algunas gentes se machacan la salud para ganar unos euros recuperando el cobre y otros metales con métodos rudimentarios. Un tipo de trabajo que muchos mineros del coltán tal vez envidiarían.
En fin, que yo no veo nada claro eso de que nuestro consumo cada vez requiera menos recursos. Y eso que sólo hemos hablado de mover 1's y 0's de un lado a otro por la "nube", una de las partes de la economía que parece más fácil de "desmaterializar". Qué decir, por ejemplo, de la producción de alimentos, especialmente si uno se apunta a la teoría de que nuestro grave problema demográfico viene de que nace demasiada poca gente. Yo, de momento, me voy a mantener en el bando de los que consideramos que la Tierra es redonda.

Fuentes:

El artículo citado del blog Nada es Gratis está aquí:
http://www.fedeablogs.net/economia/?p=26234v

El CV de Luis Garicano puede verse aquí:

http://www.garicano.com/index_files/vita.pdf

La foto del Scalextric la he tomado de www.todocoleccion.net


1 comentario:

  1. Simplemente genial. Me tomo la libertad de hacer una pequeña contibución en tu línea de razonamiento, y es que el hecho de almacenar esos unos y ceros también tiene un impacto en el consumo de energía global, no pequeño precisamente y además creciente:
    http://cleantechnica.com/2012/06/01/how-much-energy-does-the-internet-use/

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