Branko Milanovic es un economista serbio-estadounidense que ha dedicado su carrera al estudio de la desigualdad económica, la pobreza y la economía del desarrollo. Entre el público no académico es conocido sobre todo por sus libros
The Haves and the Have-Nots (2010) y
Global Inequality: A New Approach for the Age of Globalization (2016). Además, mantiene el blog
globalinequality, que he comenzado a seguir recientemente.
En relación con el paradigma vigente sobre crecimiento económico, la posición de Branko Milanovic es bien clara: adhesión sin reservas. Así lo expresa él mismo: "
Restar importancia al crecimiento no es deseable y, sobre todo, es completamente irrealizable en sociedades como
nuestras sociedades modernas" (mi traducción). La frase la saco de una
entrada reciente de su blog cuyo título es también una declaración de intenciones: "
Inevitability of the need for economic growth—the nth time".
La entrada es muy interesante porque expone de manera concisa pero contundente los argumentos que justifican su posición y esto permite, creo, comprenderla mejor y centrar el debate. Según Milanovic el crecimiento económico es necesario y su necesidad es inevitable y los argumentos son, en esencia, dos. El primero se refiere al papel del crecimiento económico en la reducción de la pobreza. Y, francamente, en un mundo donde, por ejemplo,
casi 700 millones de perosnas carecen de acceso al agua potable y 2400 millones carecen de acceso al saneamiento, me parece un argumento difícil de rebatir.
Pero Milanovic también considera que el crecimiento económico es necesario, inevitablemente necesario, en las sociedades del llamado "primer mundo". Es decir, en sociedades en las que el nivel general de consumo de bienes y servicios ha alcanzado cotas jamás vistas en la historia. En las que las condiciones materiales necesarias para poder llevar una vida digna hace tiempo que se han logrado con creces para una buena mayoría. Y en las que el poder de consumo de la minoría más favorecida llega a niveles que podrían considerarse obscenos desde muchos puntos de vista. ¿Por qué estas sociedades necesitan también que sus economías crezcan, es decir, que produzcan cada vez más y más bienes y servicios por persona?
El segundo argumento de Milanovic, que da respuesta a esta pregunta, reside en lo que él considera que son las bases sobre las que se ha construido nuestra civilización: la insaciabilidad de las necesidades humanas y la mercantilización generalizada. La primera se encarga de que, sea lo que sea y sea cuanto sea lo que hemos logrado, nunca estemos satisfechos. La segunda convierte en mercancía cada vez más aspectos de nuestra existencia, de modo que nuestra necesidad insaciable se convierte en necesidad de más y más mercancías. Y más y más mercancías requieren más y más actividad económica.
Y aquí Milanovic puede tener un punto de razón: tal vez evitar la necesidad del crecimiento económico sea, como él dice, irrealizable en nuestras sociedades modernas. Pero yo añado: en nuestras sociedades modernas
tal y como son ahora. Porque la mercantilizción de cada vez más aspectos de nuestra existencia es un fenómeno relativamente reciente: según Polany y otros autores que cita el propio Milanovic, comenzó con la Revolución Industrial. Y nuestra supuesta insaciabilidad es, a lo sumo, una de tantas otras características de la naturaleza humana. Así que me imagino que para fundamentar una civilización deben de exisitir otras opciones.
En cualquier caso dejar de depender del crecimiento económico parece que exigiría cambios culturales de bastante calado. Esto, evidentemente no es fácil. Milanovic lo expresa así en el párrafo que conluye la entrada (mi traducción): "
Cualquiera que pretenda argumentar que el crecimiento económico es prescindible [...] debe comenzar por cambiar las bases sobre las que está edificada nuestra civilización (global y capitalista), es decir, la insaciabilidad de las necesidades y la mercantilización. Pero estas características están tan arraigadas que no veo cómo pueden ser cambiadas en ningún futuro previsible. Todo lo demás es romanticismo".
Pues bien, me tomo la libertad de parafrasearle y digo que cualquiera que pretenda argumentar que el crecimiento económico perpetuo es factible tiene que comenzar por justificar la posibilidad de extraer recursos materiales y verter residuos de manera ilimitada en un sistema finito como la Tierra. Pero la finitud de la Tierra es una característica tan físicamente tangible que ni yo ni nadie en su sano juicio puede concebir cómo podría evitarse. Y todo lo demás es romanticismo.
Así que en esas estamos: me temo que vamos a tener que elegir entre un romaticismo u otro.