domingo, 30 de diciembre de 2012

Estados Unidos primer productor de petróleo en 2017

El 12 de noviembre pasado se presentó a la prensa el World Energy Outlook 2012, o WEO 2012, es decir, el informe anual que elabora la Agencia Internacional de la Energía sobre la situación energética mundial presente y la previsión para las próximas décadas. De entre las previsiones los medios se hicieron eco sobre todo de una en particular: Estados Unidos se convertirá en el primer productor mundial de petróleo en 2017 (más abajo he puesto enlaces a algunas noticias que publicó en su día la prensa). La Agencia Internacional de la Energía (AIE, o IEA por sus siglas en inglés) es, según su propia presentación en internet, "una organización autónoma que trabaja para asegurar un suministro de energía seguro, limpio y a precio razonable para sus 28 países miembros y para el resto del mundo". Los 28 países miembros son en su mayoría importadores de petróleo con economías avanzadas.

La perspectiva de que Estados Unidos se convierta en el primer país productor de petróleo tiene sus implicaciones y es natural que haya calado en los medios. Además, no han faltado analistas que la han aprovechado como argumento para defender el business as usual y afianzarse en su despreocupación por una supuesta escasez de este combustible fósil. Yo quisiera ir un poco más allá del titular exponiendo, en primer lugar, algunos datos que considero relevantes.


Veamos primero el historial de producción de petróleo de Estados Unidos. Como se aprecia en el gráfico 1, hasta 2008 encaja bastante bien con los modelos que suelen manejar los, digamos, "pesimistas" del peak oil (que, por otra parte, se ven refrendados en muchos otros casos reales, ver ejemplos en este artículo y este otro de este blog): en 1970 alcanzó un máximo y desde entonces, salvo 10 años manteniéndose alrededor de los 10 millones de barriles diarios (Mbd), el declive ha sido la tónica general. Sin embargo, en 2009 se produjo un cambio de tendencia y la producción ha crecido durante tres años consecutivos a una tasa cercana al 4%. El incremento no es nada despreciable y gracias a él Estados Unidos ha pasado de autoabastecerse de petróleo un 35% en 2008 a un 42% en 2011. 

Gráfico 1. Producción de petróleo de Estados Unidos 1965-2011, en miles de barriles diarios. Fuente: BP Statistical Review of World Energy June 2012

Veamos ahora cuál es la predicción del WEO 2012. El gráfico 2 se ha tomado de la presentación a la prensa del informe. Recoge la producción pasada y prevista de petróleo y gas natural en Estados Unidos. El asunto del gas natural es también muy interesante pero centrémonos ahora en el petróleo: las 2 bandas inferiores de colores rojizos en las barras del gráfico. La previsión de crecimiento hasta 2020 coincide con la extrapolación de la tasa de crecimiento del 4% anual observado en 2009-11. En estas condiciones se alcanzaría una producción total ligeramente superior a 10 millones de barriles diarios (Mbd), que se mantendría aproximadamente durante una década. Después, a partir de finales de los 2020 se iniciaría otro declive.

Gráfico 2. Producción de petróleo y gas natural de Estados Unidos, pasada y prevista según IEA-WEO 2012 (presentación a la prensa). Las unidades son millones de barriles equivalentes de petroleo por día, o Mbd.

Para poner en contexto esta predicción consideremos que los dos países con mayor producción de petróleo actualmente son Arabia Saudí con 11,2 Mbd en 2011 y la Rusia con 10,3 Mbd en 2011, es decir, por encima o en el mismo orden que la producción máxima prevista para Estados Unidos. Por tanto la previsión de la AIE tiene una cara, el incremento de unos 2,5 Mbd en la producción de Estados Unidos en los próximos 5 años, pero también tiene una cruz: la AIE espera que ni Arabia Saudí ni Rusia sean capaces de incrementar su producción en el futuro. Es decir, que el estancamiento de los últimos años en la producción de ambos gigantes del petróleo va a perdurar (ver gráfico 3). Hasta donde yo sé, la cruz ha recibido mucha menos atención de los medios.
Gráfico 3. Producción de petróleo de Arabia Saudí y Rusia 1985-2011, en miles de barriles diarios. Fuente: BP Statistical Review of World Energy June 2012 

Fijémonos ahora en que la producción total de petróleo del gráfico 2 está formada por dos categorías: petróleo convencional y petróleo no convencional. La predicción de producción  convencional sigue dócilmente el declive iniciado en los años 80, tan bien ajustado a los modelos teóricos de los pesimistas del peak oil. En cambio, la producción de petróleo no convencional se dispara a partir de finales de los 2010 y es la que protagoniza el incremento general previsto para Estados Unidos. La parte del león del petróleo no convencional producido actualmente en EE.UU. es el conocido como tight oil, en español, petróleo de formaciones compactas según algunas traducciones. A diferencia del crudo convencional, que se halla en yacimientos permeables y fluye naturalmente hacia los pozos de los que se extrae, el tight oil se encuentra atrapado en los poros de rocas pizarrosas y no está dispuesto a fluir así como así: hay que forzarlo. Para ello se utiliza la tecnología conocida como fracturación hidráulica o fracking, que consiste esencialmente en inyectar agua a presión (para fracturar la roca) y otros productos (para mantener las fracturas abiertas) a lo largo de perforaciones horizontales del yacimiento. 

Por su naturaleza, la extracción del tight oil es necesariamente más costosa que la de los pozos convencionales. Además, los pozos que extraen tight oil suelen tener una tasa de agotamiento muy alta: en el campo de Bakken, el más importante de EE.UU. en la actualidad, se observa una reducción del 60% de la tasa inicial después de un año de funcionamiento. Es decir: sólo para mantener el nivel de producción del yacimiento es necesario perforar nuevos pozos sin parar. Además, el fracking tiene inconvenientes ambientales que, en un país civilizado, deben gestionarse adecuadamente y esto supone costes adicionales. El resultado de todo esto es que el petróleo de formaciones compactas es caro. El actual boom del fracking en EE.UU. se debe precisamente a que el petróleo está muy caro, suficientemente caro para que este tipo de explotación sea viable económicamente. Así pues, parece que un requisito para que se cumpla la predicción de la AIE es que el petróleo siga tan caro (es decir, tan escaso) como actualmente.

Por otra parte, existe bastante incertidumbre sobre cuánto petróleo en formaciones compactas hay en Estados Unidos y, sobre todo, qué proporción de este es recuperable. Hay estimaciones aparentemente serias que difieren en proporciones de más de 10 a 1. Según un clarificador artículo de Robert Rapier (Does the U.S. Really Have More Oil than Saudi Arabia?), algunos analistas incluyen en las estimaciones el "oil shale" que podría extraerse de los yacimientos de la a formación Green River. En realidad, lo que puede estraerse de esta formación no es petróleo sino kerogeno, un mineral orgánico sólido que puede transformarse en un sustituto del petróleo mediante un proceso industrial (que es, por otra parte, muy intensivo en energía). Parece ser que la puesta en producción de estos yacimientos en condiciones económicamente viables exigiría precios de petróleo significativamente más altos que los actuales.

En todo caso, la AIE es una organización seria y dotada de medios, por lo que podemos suponer, a priori, que sus estimaciones se corresponden con la mejor y más completa información disponible. ¿Le damos este voto de confianza?. Hagamos primero unas comprobaciones. La AIE lleva elaborando el WEO desde hace muchos años así que podemos examinar predicciones emitidas en el pasado para evaluar cuál es su grado de fiabilidad. Reproduzco aquí un ejemplo presentado por Kjell Aleklett, presidente de ASPO, en un artículo reciente dedicado, precisamente, a analizar el WEO 2012. Se trata de la producción de petróleo de Arabia Saudí predicha para 2030 emitida en 6 WEOs recientes:
  • WEO 2004: 22,5 Mbd
  • WEO 2006: 15,6 Mbd
  • WEO 2008: 15,6 Mbd
  • WEO 2010: 13,2 Mbd
  • WEO 2012: 11,4 Mbd
Parece que hasta hace algunos años se suponía, sin cuestionarlo demasiado, que Arabia Saudí disponía de margen de maniobra suficiente para cubrir cualquier incremento de demanda. La realidad de los últimos años (la producción de Arabia Saudí está estancada desde 2005 a pesar del enorme estímulo en los precios, ver el gráfico 3) ha dado al traste con esta suposición. A mí me da la impresión (pero esto ya es sólo una opinión personal) de que a la AIE le viene muy mal no disponer de ese margen de maniobra: sin él tendría que replantearse el escenario general de "business as usual" y reformular todos sus modelos de predicción "as usual". Siendo así, no sería de extrañar que intentara buscarlo en cualesquiera otros lugares que pudieran parecer prometedores, como por ejemplo el tight oil de Estados Unidos. En cualquier caso, lo que es un hecho es que las predicciones de la AIE pueden tender a ser demasiado optimistas, como lo han sido las de Arabia Saudí de los últimos años.

Resumiendo: es posible que Estados Unidos se convierta en el mayor productor de petróleo del mundo a partir de 2017 y durante aproximadamente una década, pero para que esto suceda es necesario que a) la producción de los yacimientos de tight oil se incremente durante unos 5 años al mismo ritmo que lo ha hecho en 2009-11 y b) la producción de Rusia y Arabia Saudí debe seguir estancada como en los últimos años. Hay bastante incertidumbre sobre si (a) es materialmente posible y para que sea económicamente viable es necesario que el petróleo mantenga precios tan altos o más que los actuales, es decir, que siga siendo globalmente escaso (en términos relativos a la demanda) y esto enlaza con el requisito (b).

Las perspectivas para Estados Unidos son halagüeñas: gracias al incremento de producción de petróleo y de gas natural parece evidente que puede mejorar mucho su posición en el mercado global de la energía, ya de por sí mucho mejor que la de Europa o Japón. Producir petróleo caro es mucho mejor que importarlo: al menos la actividad económica de la producción se queda en casa. Pero para los países no productores, como los de la Eurozona o Japón, me parece que el panorama no va a cambiar mucho.

Actualización 03-01-2013:

He incluido la referencia al artículo de Robert Rapier y suprimido la denominación de shale oil para el petróleo de formaciones compactas, de acuerdo con las explicaciones ofrecidas en dicho artículo. 

Fuentes:

La presentación de la AIE se puede encontrar aquí:
http://www.iea.org/aboutus/whatwedo/

La web del WEO 2012, en la que se puede descargar la presentación a la prensa y el informe completo (este previo pago, yo no lo he consultado) es esta:

http://www.worldenergyoutlook.org/publications/weo-2012/#d.en.26099

Los siguientes son enlaces a noticias que recogen la previsión de que Estados Unidos se convertiría en el primer productor mundial de petróleo en 2017:

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/12/22/actualidad/1356206644_070061.html
http://economia.elpais.com/economia/2012/11/12/agencias/1352719078_518453.html
http://www.expansion.com/2012/11/14/empresas/energia/1352908050.html?a=a1d9aeb68895a289ddd7f219714a6c75&t=1353009327
http://www.nytimes.com/2012/11/13/business/energy-environment/report-sees-us-as-top-oil-producer-in-5-years.html?_r=1&hp=&adxnnl=1&adxnnlx=1356808420-MZIey7Uhm+tgo6lBpPUoxw
http://www.businessweek.com/articles/2012-11-12/u-dot-s-dot-the-new-saudi-arabia-peak-oilers-scoff#disqus_thread).


Todos los datos de producción de petróleo, salvo indicación en contrario, se han obtenido de BP Statistical Review of World Energy June 2012, que puede encontrarse aquí:
http://www.bp.com/sectionbodycopy.do?categoryId=7500&contentId=7068481

Para las tasas de agotamiento de los pozos de tight oil de Bakken se puede ver, por ejemplo:
Mason, 2012. Oil Production Potential of the North Dakota Bakken 

El artículo de Kjell Aleklett citado se puede encontrar aquí:
http://www.peakoil.net/headline-news/an-analysis-of-world-energy-outlook-2012-as-preparation-for-an-interview-with-science

El artículo de Rober Rapier Does the U.S. really have more oil than Saudi Arabia? está aquí:
http://www.theoildrum.com/node/9753

martes, 18 de diciembre de 2012

El sueño de la desmaterialización

Este chascarrillo ya lo he utilizado en alguna otra parte de este blog: el único gremio intelectual en el que aún podemos encontrar personas que niegan la esfericidad de la Tierra es el de los economistas. Y es que una Tierra esférica es necesariamente limitada, y la idea de una Tierra limitada no se acomoda bien en la mente de muchos economistas. Luis Garicano podría ser uno de ellos a juzgar por un reciente artículo suyo en el blog Nada es Gratis, del que reproduzco algunas frases:

"NO creo que nos enfrentemos, ni en 10, ni en 50 ni en 100 años a un problema de recursos físicos limitados"

"No hay ningún problema de escasez a nivel global- y cuando se produzca una escasez en un recurso, subirá gradualmente el precio de la materia prima correspondiente y empezarán a (1) generarse sustitutos y a (2) usar menos de esa materia prima por incrementos de eficiencia y (3) a encontrarse nuevas y no “accesibles”, al precio anterior, fuentes de materia prima"

"Nos enfrentamos [...] a un problema demográfico enorme, pero este no por ser demasiados los que nacemos, sino por ser demasiado pocos"

Por lo general tengo tendencia a asociar este tipo de afirmaciones con actitudes intelectuales marcadas por el candor o por la frivolidad. Pero el caso es que Luis Garicano no es un economista cualquiera. Baste decir que, según su CV publicado en internet, es doctor en ciencias económicas por la University of Chicago, ejerce como profesor titular en la London School of Economics y es autor de numerosos trabajos publicados en medios especializados. Sírvanme estos datos como acicate para refrenar mi tendencia imprudente y, en cambio, dedicar un poco de tiempo y de esfuerzo a reflexionar sobre sus opiniones. 

Para ser justo diré que el planteamiento de los economistas "terraplanícolas" es un poco más sofisticado que el que se desprende del chascarrillo con el que he abierto este artículo. No es tanto la idea de una Tierra limitada como la idea de una Tierra limitante la que muchos economistas se resisten a incorporar a sus esquemas mentales. Podrán aceptar que muchos recursos son limitados, aunque perciban los límites mucho más alejados y sorteables de lo que a algunos nos parece razonable, pero aun así, sostendrán que la economía puede crecer indefinidamente (y exponencialmente) a pesar de esos límites. 

El mecanismo por el cual la economía es capaz de crecer (es decir, de crear más y más bienes y servicios) sin necesidad de consumir más recursos materiales es lo que se conoce como "desmaterialización" de la economía. Y esta posibilidad existe porque, como nos recuerda Garicano en el artículo citado "nuestro consumo cada vez requiere menos recursos". ¿Es esto verdad?. Puede ser, y el artículo de Garicano lo ilustra con varios ejemplos y un enlace a una página significactivamente titulada The Weightless Economy (pero extrañamente no actualizada desde hace siete años). Esta "economía sin peso" incluye, por ejemplo, los productos y servicios que han aparecido gracias a las nuevas tecnologías de la información, productos y servicios que consisten, literalmente, en "1's y 0's [...] inmateriales, que no pesan y sólo consumen la electricidad que cuesta cargar los aparatos". Es fácil dejarse seducir por los encantos de esta economía sin peso. Garicano la hace más sugestiva proponiendo una comparación muy adecuada para estas fechas: cuánto pesan hoy en día nuestros regalos de navidad y cuánto pesaban hace 10 años. 

Acepto el reto. Pero en vez de 10 años me remontaré cerca de 40, para recuperar la memoria del Scalextric que me trajeron los reyes allá por la época de Cuéntame. Algo parecido a esto: 



Esta navidad, en cambio, los reyes podrían traerme, por ejemplo, un tablet. Es decir, uno de esos dispositivos elegantes, livianos y casi mágicos con el que podría aprovechar enormes cantidades de 1's y 0's inmateriales, convenientemente ordenados para formar música, documentos, juegos, películas, etc. Veo en los catálogos de internet que un tablet pesa normalmente entre 300 y 600 gramos, a lo que habría que sumar el peso del cargador y tal vez el de algún que otro accesorio. Y aunque no sé cuánto pesaba la caja de mi Scalextric, concedo que muy bien podría ser 10 veces más. Así que tendré que dar la razón a Luis Garicano y hacerme terraplanícola de una vez por todas... Pero, un momento, no nos precipitemos, vamos a pensar esto con un poco de calma, porque se me ocurren unas cuantas preguntas:
  • ¿Cuánto durará el tablet? Porque mi Scalextric, con pequeñas ampliaciones y sustituciones, duró una pila de años. Los juguetes de la época de Cuéntame mantenían plena su vigencia año tras año y sólo la perdían cuando el niño se hacía demasiado mayor, momento en el cual el juguete podía pasar a un hermano pequeño o a un niño de otra familia. Los cachivaches de hoy en día se quedan obsoletos en menos de dos años, sólo porque aparecen nuevas versiones supuestamente mucho más atractivas. Intenta pasarle al hermano pequeño el dispositivo que estuvo de moda las navidades pasadas, a ver con qué cara te mira. Y entonces ¿qué consumo pesa más, el de un objeto de 5 kg que dura diez años, o el de un objeto de 500 g que dura un año?
  • ¿De qué materiales está hecho el tablet? Porque mi Scalextric era básicamente plástico, algo de cobre y otros metales corrientes y poco más. Los dispositivos electrónicos actuales llevan, además de plástico, una variedad de materiales mucho más sofisticados, de esos que para su composición recurren a los lugares menos frecuentados de la tabla periódica. Las materias primas son, muchas veces, raras y por tanto obtenerlas y procesarlas lleva más trabajo. ¿Cuánta tierra hay que mover para sacar 1 kg de coltán?. Mover tierra es una de las cosas más materiales que se me ocurren dentro de la actividad económica. Y no querría entrar aquí en el escabroso asunto de las calamidades del coltán.
  • ¿De dónde viene el tablet? Pues de China, de dónde va a ser. Primero los materiales viajarán a China desde varias partes del mundo y de allí, una vez ensamblados, viajarán hasta mi casa. Mi Scalextric también vino de Oriente: me lo trajeron Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente. Pero seguro que no hizo tantos kilómetros. Los Scalextric que se comercializaban en España los fabricaba Exin en su fábrica de Barcelona. 
  • ¿De dónde salen los 1's y 0's que alimentarán el tablet? Pues de la "nube", claro. Y dicho así -la nube- la sensación de levedad se acentúa. Pero la nube no es inmaterial: se soporta en un conjunto enorme de servidores diseminados por todo el mundo, conectados por cables de fibra óptica o por satélites o por otros sistemas, todos ellos muy materiales (¿cuánta energía cuesta poner un satélite en órbita?). Estamos hablando de hardware, y la palabra ya no evoca tanta liviandad.  Es cierto que la carga material de todo este hardware se reparte entre los muchos usuarios que somos. Pero también es cierto que como el tráfico de 1's y 0's es cada vez más intenso (se trata de crecer, por si no lo había dicho aún), los componentes de este sistema se quedan pequeños cada dos por tres. Y en este tipo de cosas pequeño muchas veces es sinónimo de obsoleto: ampliar no vale, hay que sustituir. 
  • ¿Cuánta electricidad hace falta para que yo pueda disfrutar del tablet? Pues la necesaria para cargar la batería, ya nos lo ha dicho el señor Garicano. Pero ¿y la nube? Pues es verdad, todos esos servidores, repetidores, etc. también consumen electricidad, y en cantidades que no creo que sean despreciables. Mi Scalextric consumía la electricidad que necesitaba el transformador-rectificador para alimentar los 12V y 1,5A de corriente continua que hacían correr a los coches por la pista, pero nada más.
  • Y una cosa más, ¿qué pasa con todas esos dispositivos y componentes que se quedan obsoletos? Pues que se convierten en basura informática, toneladas y toneladas de basura que no conviene depositar de cualquier manera porque contiene materiales sofisticados, de esos que muchas veces también son contaminantes. No depositarla de cualquier manera significa emplear recursos en procesarla adecuadamente o bien, emplear menos recursos en llevarla a donde sí podemos depositarlos de cualquier manera sin que nos incomode. Hay muchos lugares de África que cumplen este requisito y donde, de paso, algunas gentes se machacan la salud para ganar unos euros recuperando el cobre y otros metales con métodos rudimentarios. Un tipo de trabajo que muchos mineros del coltán tal vez envidiarían.
En fin, que yo no veo nada claro eso de que nuestro consumo cada vez requiera menos recursos. Y eso que sólo hemos hablado de mover 1's y 0's de un lado a otro por la "nube", una de las partes de la economía que parece más fácil de "desmaterializar". Qué decir, por ejemplo, de la producción de alimentos, especialmente si uno se apunta a la teoría de que nuestro grave problema demográfico viene de que nace demasiada poca gente. Yo, de momento, me voy a mantener en el bando de los que consideramos que la Tierra es redonda.

Fuentes:

El artículo citado del blog Nada es Gratis está aquí:
http://www.fedeablogs.net/economia/?p=26234v

El CV de Luis Garicano puede verse aquí:

http://www.garicano.com/index_files/vita.pdf

La foto del Scalextric la he tomado de www.todocoleccion.net


viernes, 7 de diciembre de 2012

Manzanas, peras y petróleo

Hace unos pocos días el Eurogrupo autorizó el desembolso de casi 37.000 millones de euros para "rescatar" la banca nacionalizada española. Es una enorme inyección de dinero: tocamos a unos 800 euros por español, que no está nada mal. Se supone que nos hace falta para sanear nuestro maltrecho sistema financiero. Pero ojo, no es ningún regalo, es un préstamo: aunque las condiciones son, nos dicen, muy favorables, tendremos que devolver hasta el último céntimo.

Ahora voy a proponer un ejercicio de imaginación. Supongamos un mundo imaginario, el mundo A, en el que nuestra banca nacionalizada no recibe esos 37.000 millones del Eurogrupo pero, en cambio, nuestra economía recibe por la vía que sea una inyección de 30.000 millones de euros contantes y sonantes que, además, no tenemos que devolver: son nuestros desde el momento que llegan. Podría ser, por ejemplo, que nuestras exportaciones son más apreciadas por ahí fuera y nos las pagan a un precio sustancialmente mayor. Hagámoslo más bonito aún: en el mundo A nuestra economía viene recibiendo inyecciones como la de este año desde 2005; las cuantías son variables pero hasta 2011 suman 150.000 millones. Además, está previsto que las siga recibiendo en los próximos años. El resto de circunstancias que condicionan nuestra economía, en cambio, son iguales en el mundo A y en la realidad: el mercado laboral es igual de adecuado o inadecuado, el sistema monetario es igual de adecuado o inadecuado, la organización administrativa del estado es igual de adecuada o inadecuada, etc¿Cómo sería la crisis en el mundo A?¿Necesitaríamos un rescate bancario?¿A cuánto ascendería el déficit público?¿Y la deuda privada?¿En qué nivel estaría la prima de riesgo?¿Estaríamos hablando de subidas de impuestos, de recortes en pensiones, del euro por receta?¿Cuánto paro tendríamos? Sean cuales sean las respuestas concretas, sin duda el panorama sería muchísimo más halagüeño que el que por desgracia tenemos en el mundo real.

Imaginemos ahora otro mundo más, el mundo B. Como en el mundo A y como en la realidad, en el mundo B nuestra economía sufre las mismas supuestas inadecuaciones del mercado laboral, el sistema monetario, etc. Como en el mundo A pero a diferencia de la realidad, en el mundo B tampoco recibimos el préstamo de 37.000 millones para ayudar al sistema bancario. En cambio, en el mundo B el petróleo, en lugar de haber disparado su precio a partir de 2004, se ha mantenido a un precio más o menos constante (en términos reales) desde el comienzo de los años 2000, es decir: unos 30 dólares por barril (dólares de 2011). Recordemos que en el mundo real en 2008 se superaron los 100 dólares por barril y después de fuertes altibajos en 2009 y 2010 (pero siempre bastante por encima de los 30 dólares), seguimos claramente por encima de 100.

Para hacernos una idea de cómo sería el mundo B pensemos que nuestra economía consume alrededor de 1,5 millones de barriles diarios, que vienen a ser 550 millones de barriles anuales (tocamos a 12 barriles de petróleo al año cada uno, no está mal), y tengamos en cuenta que ese petróleo tiene que ser importado porque aquí apenas tenemos. Con esto y unos números sencillos se puede comprobar que el mundo imaginario B es completamente equivalente al mundo imaginario A. En el mundo B la inyección económica viene en forma de ahorro en la factura del petróleo. Para ilustrarlo, ahí va el gráfico siguiente.


Gráfico 1. Consumo de petróleo de la economía española en miles de barriles diarios, precio del petróleo (dólares 2011) y sobrecoste de las importaciones de petróleo respecto a un escenario de 31 dólares por barril en millones de euros. El precio se ha multiplicado por 10 para adecuarlo a la escala del eje.

El petróleo no es un producto cualquiera. Por el contrario, es central en nuestra economía (y en cualquier economía desarrollada): proporciona el 50% de la energía primaria que se consume en España y es esencial para el transporte de mercancías y personas, para el funcionamiento de la maquinaria agrícola y de obra civil y para muchos y variados procesos industriales. Siempre que nuestra economía recorre la senda del crecimiento, el consumo de petróleo crece. 

Si sube mucho el precio de las manzanas, dejaremos de comprar tantas manzanas y comeremos más peras. Esto es así porque las manzanas sí son un producto cualquiera (con todos mis respetos para los productores de manzanas): es sencillo organizarse para reducir su consumo. Los economistas dirían que la demanda de manzanas es elástica. Con el petróleo las cosas son distintas: los economistas dirían que la demanda de petróleo es inelástica. Yo lo diré de otra manera: si sube mucho el precio del petróleo, nos endeudaremos todo lo que nos dejen para seguir consumiendo tanto petróleo como demande la economía (eso hicimos entre 2004 y 2007) y, cuando ya no nos den más crédito, nos resignaremos a consumir menos petróleo y aceptar la consiguiente recesión económica (así viene siendo desde 2008). Y esto sea como sea el mercado de trabajo, el sistema monetario, el tamaño de la administración pública, etc., etc., etc.

Fuentes:

Los datos de precio y consumo de petróleo en España se han extraído de BP Statistical Review of World Energy 2012 que se puede obtener en:
http://www.bp.com/sectionbodycopy.do?categoryId=7500&contentId=7068481