miércoles, 11 de julio de 2012

"Fraude": una visión neoliberal

A estas alturas se han hecho ya varios documentales sobre la crisis, sus causas y sus posibles soluciones. Recientemente ha aparecido en internet uno de factura española: Fraude. Por qué la gran recesión, escrito y dirigido por JJ.Mercado. El documental nos presenta un punto de vista que se puede calificar como neoliberal y, para ponerlo en relación con mi artículo anterior, antikeynesiano.
El planteamiento se muestra a las claras desde el principio: a) el mercado libre no existe, ya que todos los mercados están intervenidos por los gobiernos, b) si el mercado libre no existe, no puede ser la causa de la crisis, y c) la causa de la crisis, entonces, hay que buscarla en el lado contrario: la intervención de los gobiernos.  
Con todo, el enfoque es también monetarista. Y para que no haya dudas el documental se abre con una conocida e impactante declaración de Alan Greenspan cuando era presidente de la Reserva Federal. Después, la historia que se cuenta sobre la crisis actual viene a ser la ya conocida, con la burbuja inmobiliaria y los excesos especulativos de un sistema financiero desbocado como protagonistas. Con una diferencia: en este caso la causa de esta fiebre especulativa se atribuye, en última instancia, a la perniciosa intervención de los gobiernos. ¿Cómo?: mediante la manipulación de la oferta monetaria a través de sus bancos centrales.
Así que tenemos, de nuevo, los consabidos ciclos de expansión del crédito y de la economía, con años de “abundancia y bienestar”, seguidos de fases de contracción,  crisis crediticia y desempleo. Pero en este caso, la fase expansiva se considera inducida por unos tipos de interés artificialmente bajos, impuestos por los bancos centrales, y por un exceso de capacidad de maniobra de los bancos, gracias a los privilegios otorgados por los gobiernos. Ambas cosas juntas producen la desconexión entre ahorro e inversión con efectos perniciosos sobre la economía. Y si la causa de la crisis es una oferta monetaria hinchada artificialmente, es difícil que más oferta monetaria pueda ser la solución para terminar con la fase de recesión.
Entonces, ¿cuál es la solución? Según explica Jesús Huerta de Soto, uno de los principales intervinientes del documental, la solución consiste en la eliminación de los bancos centrales, de manera que los tipos de interés los determine la ley de la oferta y la demanda, y una fuerte regulación del sistema financiero (vuelta al patrón oro, coeficiente de caja del 100% para los depósitos a la vista). Una economía así, postula el documental, no debería verse en marasmos como el que estamos viviendo desde hace algunos años en Estados Unidos y Europa. Lo cual, dicho sea de paso, no cuadra demasiado bien con el hecho de que los ciclos económicos, como se menciona al comienzo del documental, han existido desde tiempos remotos.
Significativamente, en esta ocasión sí se cita el encarecimiento del petróleo y otras materias primas, pero no como parte de la causa sino como uno de los efectos. Las materias primas se habrían encarecido por un exceso de demanda debido a la burbuja especulativa y por la falta de inversión en el sector, debida a que la inversión se ha orientado artificialmente al sector inmobiliario. En ningún caso porque la explotación continuada de un recurso no renovable pueda llegar a hacerlo escasear, circunstancia que ya se me antoja casi imposible de concebir en la mente de un economista. El argumento de la falta de inversión no deja de ser extraño: en un contexto de crédito sobreabundante y con un recurso que se encarece, los agentes económicos ¿se inhiben de invertir?. 
Al final no puedo evitar quedarme con la sensación de que estamos ante la misma historia de siempre. Una historia donde la economía monetaria lo es todo y la base material de la economía es irrelevante. Una historia que señala, y seguro que acertadamente, la perniciosa connivencia del poder político con el poder financiero, pero que unos usan para denunciar el capitalismo voraz y otros (estos) para denunciar el exceso de estado. Una historia según la cual actuando sobre los parámetros adecuados del sistema financiero lograremos recuperar la prosperidad, sea cual sea el tamaño de nuestro planeta. 
En el caso del documental que comento, además, la historia se presenta lamentablemente deslucida por unas cuantas pinceladas de tono sectario que me parece a mí que no invitan ni al debate ni a la reflexión y que más bien le restan credibilidad al conjunto: nuestras sociedades son una “versión tecnológicamente avanzada de la Unión Soviética”, Keynes es quien sembró “la semilla del mal” y Paul Krugman es un excéntrico que aboga por una amenaza extraterrestre como solución a la crisis. Y ya, como anécdota, Jesús Huerta de Soto no para de mecerse en su mecedora mientras nos habla, creando una atmósfera extraña y de alguna manera inquietante.
En estas, yo cada vez me siento más cerca del escepticismo que John Kenneth Galbraith muestra en una obra que también lleva la palabra fraude en su título: The Economics of Innocent Fraud. Escrito al final de una dilatada carrera como economista, con una prosa un tanto alambicada pero sin demasiados aspavientos, este pequeño libro presenta una visión muy crítica con las corrientes imperantes en el pensamiento económico y en la práctica de la política económica. El capítulo IX, dedicado a la Reserva Federal y su capacidad para influir en el ciclo económico, se titula significativamente The elegant escape from reality. Traduzco a continuación el párrafo con que concluye:
A pesar de todo, se considera bueno disponer de una institución libre de controversia y políticamente neutral encabezada, como en todo tiempo reciente, por una figura desinformada, segura de sí misma, respetada y de no escaso talento teatral. Qué gratas decisiones tomadas en un ambiente reputado, bajo los retratos de las celebridades financieras del pasado. Así es como la política económica se debe decidir. El hecho de que nada importante resulte se pasa por alto. La creencia de que algo tan complejo, tan diverso y por su naturaleza tan importante para las personas como el dinero puede ser dirigido por largamente debatidas pero indoloras decisiones que emanan de un agradable y discreto edificio en la capital de la nación pertenece no al mundo real sino al de la esperanza y la imaginación. Esta es nuestra menos plausible y más apreciada evasión de la realidad. Nadie debe negar a los participantes su prestigio inocentemente adquirido, su sentido de la competencia profesional, su en buena medida inocente regocijo con lo que en términos de efecto económico es un claro fraude. Tal vez debamos dejar que su infructuoso papel sea aceptado y olvidado.
Fuentes:
Fraude. Por qué la gran recesión puede verse en http://vimeo.com/44055437
Para John Kenneth Galbraith, The Economics of Innocent Fraud manejo la edición de Houghton Mifflin Company, 2004.

4 comentarios:

  1. El sistema financiero ya es de los sectores mas regulados y con diferencia. EL documental no ataca a la regulación de la banca lo hace a sus privilegios.
    El 100% en coeficiente de caja impide que se violen los principales fundamentos del derecho. Ningún banquero podrá usar tu dinero para sus negocios privados como hacen en la actualidad.
    El documental explica, con detalle, cómo se forma un ciclo económico y por qué han existido y plantea un grupo de soluciones para que no se vuelvan a dar por ser innecesarios y dañinos.
    El precio de las materias primas se ha vuelto a estabilizar en época de recesión lo que niega el argumento de que ahora hay menos y por eso valen más, visión simplista por otra parte...
    Paul Krugman no solo aboga por fingir un ataque extraterrestre también ha afirmado que las guerras son buenas para la economía.
    En general has invertido un par de horas para decirnos que no te has enterado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con principales fundamentos del derecho se resalta el derecho a la propiedad privada con la ilegalidad de la apropiación indebida.

      Eliminar
  2. "En ningún caso porque la explotación continuada de un recurso no renovable pueda llegar a hacerlo escasear, circunstancia que ya se me antoja casi imposible de concebir en la mente de un economista. El argumento de la falta de inversión no deja de ser extraño: en un contexto de crédito sobreabundante y con un recurso que se encarece, los agentes económicos ¿se inhiben de invertir?."

    Dos pequeños comentarios sobre este párrafo:
    - Los economistas si entendemos que un bien escasee, es más, esa es la base de la economía, los recursos escasos. Pero en caso de que un bien comience a escasear, los precios empezarán a subir, con lo cual llegará un punto en el cual el uso del bien dejará de ser rentable y se elegirán otros bienes.
    - Con respecto a la falta de inversión. Creo que estás confundiendo causa y efecto. Un efecto de la creación de la burbuja inmobiliaria, fue que los proyectos de construcción se volvieron mucho más rentables que proyectos de extracción de materias primas. Por tanto, el crédito, artificialmente, se dirigió al sector inmobiliario, reduciéndose en el de las materias primas. Cuando el incremento del consumo de la economía y la falta de inversión se hicieron palpables, se creo un gap entre demanda y oferta y comenzaron a subir los precios. Y como la elevación de la oferta de materias primas no se puede variar en el corto plazo, por eso se da la circunstancia de la elevación de precios en un entorno de crédito fácil.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No suelo responder a comentarios anónimos. No me agrada no poder dirigirme al autor ni poder identificarle en otros comentarios o posibles respuestas. Con este haré una excepción porque me parece que invita a la reflexión y al debate y por tanto lo agradezco.
      Sí, el comentarista tiene razón: la escasez está en la base de la economía y cuando un recurso escasea se encarece y tarde o temprano acaba siendo sustituido por otro comparativamente más barato. Pero dicho así, sin más, da la impresión de que los economistas parten de la base de que con los mecanismos económicos adecuados, ante la escasez de un recurso siempre aparecerá a tiempo el sustituto adecuado. Y cuando no aparecen, como en el caso del encarecimiento reciente de las materias primas (no aparecen otros yacimientos, no aparecen otras materias primas alternativas) es que han fallado los mecanismos económicos. Y así llegamos a la explicación que se ofrece en “Fraude” y que el comentarista glosa.
      Bueno, pues podría ser, pero a mí me parece que se pasa por alto un ingrediente esencial en la fórmula: no está claro que siempre vaya a existir un sustituto adecuado o que este se pueda obtener a un precio razonable, es decir, compatible con el nivel de actividad económica que necesitamos para no caer en una crisis.
      Debo confesarlo: no he seguido muy de cerca la evolución de los precios y las producciones de ninguna materia prima que no sea el petróleo. Pero el caso del petróleo, que es hoy por hoy una materia prima central en la economía, me parece más que significativo. El precio del petróleo en términos reales comenzó a subir en 1999 y no paró hasta 2008. En 2009 sufrió una bajada fuerte pero en 2010 se recuperó y desde entonces se mantiene alrededor de los 100 dólares por barril, ¡6 veces más, en términos reales, que en el mínimo de 1998! La producción también aumentó de forma sostenida hasta 2005. A partir de ese año ha subido a un ritmo mucho menor. Hay gráficos con estos datos en otro artículo de este blog: “Pero ¿de verdad se está agotando el petróleo?”. Los copiaría aquí pero creo que los comentarios no admiten gráficos.
      La incapacidad, desde 2005, de adecuar la producción de petróleo a la demanda habría que atribuirla a la falta de inversión, a riesgo de confundir, como yo, causa y efecto. Insisto en mi confusión. A mí me sigue pareciendo muy difícil de creer que en un contexto de crédito sobreabundante, por mucho que una parte desproporcionada de ese crédito se destinara un sector de la construcción hipertrofiado por ese mismo exceso de crédito, no quedaran recursos para que las grandes y poderosas petroleras lograran conseguir financiación para invertir en lo que a todas luces se debía percibir, ya desde los primeros años 2000, como una jugosa oportunidad de incrementar su negocio. Los incentivos económicos podían estar más o menos enmascarados o distorsionados por la burbuja inmobiliaria, pero desde luego no estaban ausentes. Y por mucho que haya un desfase temporal entre la inversión y sus frutos, ya estamos acabando 2012 y los precios del petróleo siguen en niveles estratosféricos.
      Creo que otras circunstancias pesan mucho más en el asunto: a) una buena parte de los grandes yacimientos de petróleo convencional están en pleno declive (se agotan, y con más inversión se agotarían más deprisa), b) no debe de haber muchos otros grandes yacimientos por descubrir, c) los sustitutos del petróleo convencional son mucho más difíciles de extraer y procesar (sí, ponerlos en explotación requiere mucha más inversión, pero además explotarlos tiene un coste mucho mayor).
      En definitiva: en nuestra economía el petróleo es un recurso fundamental, este recurso escasea y, a la vez, es muy difícil de sustituir. Creo que incluso con todos los mecanismos económicos a favor, es difícil que aparezca a medio plazo un sustituto capaz de sostener el nivel de actividad económica que necesitamos para salir de la crisis. Pero ojalá me equivoque.

      Eliminar